Esto de los prejuicios es un cachondeo del bueno. Cada país tiene los suyos propios y no se puede evitar, por mucho que se quiera. Los europeos del norte tienen una concepción de los europeos del sur, y los del sur a su vez la tienen de sus vecinos del norte. Los americanos piensan que los europeos son de tal forma, y estos a su vez critican a los americanos por su de otra forma. Y la realidad muchas veces no es ni una cosa, ni otra, ni la contraria. Es lo malo de las generalizaciones, que al final siempre se acaba metiendo en el mismo saco a gente que no tiene nada que ver. Contra eso hay poco que hacer, salvo seguir insistiendo en la injusticia de tachar a todos los ciudadanos de un país con una etiqueta y hacernos una idea preconcebida.
Eso, y tomárnoslo con humor, como hacer Aleix Salò en este cortometraje animado que sirve para promocionar la edición en inglés de su famosa obra «Europesadilla: alguien se ha comido a la clase media». Y como suele ser costumbre ya en los cortos virales de este joven creador, no decepciona a nadie con su fino sentido del humor y sus caricaturas.
El segundo vídeo no tiene nada que ver, pero seguro que gusta igualmente. Y advertimos: nuestro medidor de «cuquería» ha registrado importantes niveles en nuestro ordenador al darle al play a este vídeo. No podrás evitar soltar un emocionado «oooooh» cuando veas a estos dos cachorros de oso panda resistiéndose ante su cuidador que intenta darles su medicina. No se sabe muy bien si están jugueteando, renegando o atacando a su manera, pero el resultado acaba siendo el mismo de todas formas: una explosión de monería a raudales. El típico vídeo para dejarte una sonrisilla tonta de oreja a oreja, vaya. ¡Advertidos quedáis! Luego no vengáis reclamando si queréis de repente adoptar un cachorrito de oso panda.