Para hacer algo así hay que tener no solo inventiva, sino muuuuucha paciencia para recopilar una foto fija de tu cara durante tres años y luego juntarlas todas. ¿El resultado? Una canción de Queen casi enterita, mientras vemos a cámara rápida como el chaval pasa de púber a adulto en apenas un par de minutos. ¡Curiosísimo!