¿Es un hombre? ¿Es un avión? ¿Un perro? ¿Una tarántula gigante? Ninguna de esas cosas. Es el auténtico perro araña, llegado desde las profundidades del quinto infierno para aterrorizar a las personas que caminan solitarias por las calles de la ciudad. Es la típica broma de cámara oculta que desde la pantalla del ordenador se ve muy bien, pero que si te pilla de por medio en la calle seguro que eres el primero que sale corriendo, antes de pararte a mirar si eso que avanza hacia ti es una amenaza o no. En esas situaciones lo que manda es el instinto, te pongas como te pongas, y si ves algo de medio metro de algo con ocho patas peludas corriendo hacia ti, no te vas a poner a sacar fotos con el móvil o a mirar en la Wikipedia si un bicho así realmente puede existir. Y eso que el perro que va disfrazado de araña gigante se le ve manso y juguetón… Qué cosas.
No obstante, habría que ver qué vídeo atemoriza más a sus víctimas, si el anterior o el que viene a continuación. ¿Qué pasaría si por un momento se invirtieran los papeles y fuera un albañil femenino el que se pusiera a piropear sin misericordia a cuanto varón pasase por medio? Seguro que más de uno se queda paralizado y sin saber muy bien qué decir. «¿No se supone que estas cosas funcionan al revés?», pensará más de uno. Pues si se ve raro en un sentido se supone que debería verse también a la inversa, ¿no? Esa es la reflexión a la que llama esta broma de cámara oculta con moraleja incluida.
