Durmiendo la resaca fantasmagórica

¿Qué tal habéis pasado la noche, mozuelos y mozuelas? ¿Habéis despertado ya o seguís pensando en telarañas, calabazas y palos de escoba? Seguro que a las tres de la mañana más de uno de los que visitarán hoy esta web estaban anoche haciendo algo parecido a los que salen en el vídeo que podréis ver a continuación. Porque aunque no queramos reconocerlo, Halloween tiene estas cosas. Te pones lo más siniestro que puedes, con un disfraz macabro de la muerte y súper currado, tanto que podrías salir de extra en cualquier peli de George Romero, y acabas entrando a la discoteca de siempre, con la diferencia de que la decoración cambia por una noche y que además cobran entrada por ser fiesta de Halloween. Y luego, tan dignamente disfrazados y creyéndote dentro de una peli de Hollywood, vas y te encuentras con las mismas horteradas de siempre en el pub y la discoteca. Pero ya que estás allí no te vas a quedar quieto como un palo, tendrás al menos que seguir el ritmo aunque sea al estilo homo hispanicus muchomachensis, cubata en mano y la otra en el bolsillo con ligero balanceo de cuello y/o cadera hacia delante y detrás. Y ya que estás, pues oye, sigues, y le vas cogiendo el rollo a la música. Y con otra copa ya no te parece todo tan malo, y te va gustando. Y te mueves más, y te desatas, y acabas haciendo un fiestón de la leche con tus pintas de gótico siniestro, y no pasa nada. ¡Ole!

Y claro, si tenemos el vídeo del antes, no podemos ser menos y pondremos también el vídeo del después, para que no digáis. A ver, que levanten la mano los que no acabaron anoche casi como los «zombis» que salen en este otro vídeo. Y con lo de zombis no me refiero al maquillaje precisamente, sino a los andares de muertos vivientes que muchos tendrían anoche de vuelta a sus hogares, y que dejarían las calles de vuestras ciudades convertidas en auténticos platós de la secuela cachonda de The Walking Dead, o como se la renombra en este vídeo, «The Walking Drunk». Más de uno debería ponerse coderas, casco y rodilleras antes de salir de su casa, visto lo visto.

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