«Deja el perro en el coche, que no pasará nada por un momento». Eso fue lo que escuchó este pacífico perrete antes de que sus dueños lo dejaran encerrado dentro del vehículo mientras hacían su compra en el supermercado. Antes de que nuestro amigo cánido entrada en un estado de paroxismo y se quedara bloqueado mirando al infinito. Extasiado ante el armónico sonido de un claxon sonando bajo su peluda pezuña. Ah, los perros y los móviles con videocámara. Qué deliciosa combinación.