He aquí un práctico e ilustrativo ejemplo de cómo gastarle una broma a tu progenitor. Solo necesitas tres botellas de plástico, un cómplice que se preste a colaborar y un padre inocentón, como el que aparece en este vídeo.
No aseguramos que si practicáis esto en caso vayáis a tener el mismo éxito que estos muchachos, sobre es difícil encontrar a alguien que tarde tanto en encontrar el truco como este pobre hombre, que se las lleva de todos los colores hasta que descubre la trampa.