Un clásico de las bromas de cámara oculta. «¡¡Corre, corre, que se cae el árbol encima de ti!!» Y cuando escuchas el sonido de la madera crujiendo vaya que si corres… ¡Echando leches!
Da igual que no veas ningún tronco caerse. Solo con ver a un par de personas a tu lado corriendo y el sonido del tronco caer es suficiente para que cualquiera ponga pies en polvorosa. ¡Ya habrá tiempo de hacer preguntas cuando llegues a la siguiente esquina!