No, no se trata de una secuela de la película Una noche en el museo. Se trata, ni más ni menos, de una broma de cámara escondida en un lugar de muy alta cultura. Un lugar en donde uno nunca se esperaría algo así. Atención a las reacciones comiquísimas del público cuando ven que una armadura vacía de más de 300 años de antigüedad se comienza a mover como si nada…