En cuanto dan las campanadas casi siempre se ven solo momentos de felicidad, alborozo y jolgorio colectivo. Corre el champán, hay confetis y serpentinas volando, la gente ríe y canta y todos se desean lo mejor para el año que entra. Pero no siempre tiene por qué ser así. A veces tenemos presentimientos funestos que hacen que nos queramos aferrar al año que se fue antes que encarar el nuevo año con energías, y eso es lo que pasa a nuestro amigo Tato, nuestro entrañable treintañero sin futuro salido de las páginas de El Jueves, en el siguiente sketch animado. Es normal que a veces queramos seguir siendo niños grandes y nos aferremos a lo que tuvimos y a los recuerdos que nos hacen olvidarnos de un presente que siempre puede ser bastante mejorable.
Aunque también podemos encontrar otras formas de evasión, aunque no sean ni legales, ni buenas para nuestra salud, ni adecuadas para nuestra reputación. No es el caso de esta persona, que lo que quería es hacer su trabajo y acabó saliéndole el tiro por la culata. Este periodista de la BBC quiso hacer un reportaje sobre una quema controlada de opio y pensó que sería una buena idea grabar un par de frases mirando a la cámara mientras a su espalda ardían toneladas de droga y el humo invadía buena parte del lugar. Lo que ocurrió ya te lo puedes imaginar. El amigo acabó cogiendo un colocón de tal calibre que fue incapaz de acabar su frase, por más que intentaron repetir las tomas. Y de hecho cada vez que lo intentaban, la cosa acababa saliendo peor. Niñas y niños, ahora veis por qué las «drojas» son malas compañeras, sobre todo si te encuentras en medio de un control policial en una rotonda.
https://www.youtube.com/watch?v=446v4UFhr0c