Los bordes de la pizza, esos grandes olvidados. Se quedan abandonados en el plato, después de que rebañemos cualquier otro resto de comida que se caiga de nuestra porción de pizza. Y ahí se quedan, duros, fríos, resecos… Nadie los quiere, aunque ellos te pongan ojitos antes de que tires las sobras a la basura. Pobres bordes de la pizza, los grandes marginados de la comida basura. Menos mal que la conciencia global en torno a este tema está cambiado desde los últimos años, y muestra de ello es esta defensa cerrada que nuestro gran Berto hace de este elemento culinario, injustamente infravalorado.