Ediciones del «Tú sí que vales» las hay en muchos países. Cada cual con su folklore, su humor particular, sus freaks patrios… Y en el caso de Rusia (¡ah, qué país, qué mina para Internet) nos encontramos con este agradable señor que es capaz de tocar el acordeón al mismo tiempo que se pega un lingotazo tras otro de un líquido transparente que va a ser que no es agua.